Hace 10 años apareció Steve Jobs con un aparato que contenía telefonía e internet, un modelo revolucionario en el mercado que continúa creando diversidad en el mundo digital.
Haciendo gala de sus dotes carismáticos, Steve Jobs se paraba enfrente de un centenar de personas cada enero en la conferencia anual de productos. El evento se llevaba a cabo en San Francisco paralelo al CES de Las Vegas, que comanda su rival Bill Gates.
Su típica camiseta negra y jeans, hacían notar el CEO de Apple en un escenario en el que hacía siempre importantes anuncios. Un iPod con pantalla táctil, teléfono y una nueva forma de navegar por internet. La sorpresa era que no se trataban de 3 dispositivos, sino de uno solo que pasó a llamarse iPhone.
En 50 minutos, Jobs resumión el que sería el dispositivo sin teclas, con un solo botón y una pantalla que podía ser controlada con los dedos.
Recordando el lejano 2007, la industria telefónica era diferente a la de hoy. Se paraba Nokia como el líder del mercado y un BlackBerry que presentaba una opción ideal para trabajar.
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Ese aparato no era igual al de ahora. No tenía GPD, contaba con una cámara de 2 megapíxeles, tampoco contaba con 3G. Su pantalla fue la que hizo temblar a los de más móviles, quienes se tuvieron que adaptar a esta revolución tecnológica.
Con ello nacieron también las aplicaciones, un concepto que solo se tenía para la PC.
Su debut con distribución limitada llegó a vender 1.3 millones de unidades. Para el 2016 las ventas superan los 210 millones de unidades vendidas y el iPhone representa el 70% de las ventas anuales de la compañía.
10 años tras el primer iPhone y 6 después de la muerte de Jobs, el dispositivo presenta cambios significativos. El iPhone ahora tiene 3 versiones diferentes.
Apple se prepara para el lanzamiento del iPhone 8, que se espera sea una creación conmemorativa de su obra maestra que aún sigue dinamitando nichos comerciales en tecnología.
